Los Indicadores en Salud y el Béisbol

Si alguien quiere saber si un jugador de béisbol es bueno y le está yendo bien en un momento determinado, busca sus estadísticas o indicadores, como el promedio de bateo que si esta sobre .300 el fanático sabe que está bateando bien. Si es un conocedor, quizás vea otros datos como el OPB, para saber con qué frecuencia el bateador alcanza la base, si en defensa no comete muchos errores y cosas por el estilo; en el béisbol el estudio de esas estadísticas se denomina sabermetrics. En la salud también tenemos algunos indicadores como la incidencia, que es el número de casos de una enfermedad en una población, en un periodo de tiempo (como cuántos errores comete un equipo, en una temporada) otras un poco más complejas que incluyen varios conceptos como la prevalencia, que es el total de casos nuevos más los ya existentes de una enfermedad, en una población, en un periodo de tiempo. Todas esas estadísticas las estudia una ciencia llamada epidemiología, que estudia los eventos relacionados con la salud y su aplicación al control de enfermedades. En el béisbol el sabermetrics ayuda a ganar juegos, en la salud la epidemiología ayuda a salvar vidas. 

Para tomar mejores decisiones en salud y a la larga salvar vidas, los responsables de las políticas públicas deben primero saber de dónde salen los indicadores (natalidad, mortalidad, incidencia, prevalencia) cómo se relacionan entre ellos, cómo se interpretan y también cómo se comparan con la región y el mundo. No es lo mismo batear .350 en el torneo local de mi pueblo, que batear .350 en las grandes ligas. Y si logras batear a ese promedio en grandes ligas, ¿Cómo están bateando los demás de tu equipo? ¿Y el resto de los jugadores de tu categoría en los demás equipos?

Entonces, para evaluar la actuación en salud de un país ante una situación como la Pandemia de la COVID-19 hay unos indicadores en salud que deben ser evaluados: cantidad de personas con la enfermedad respecto a la población total, cantidad de personas que fallecen respecto a los que se enfermaron. Cantidad de pruebas promedio respecto a su población. Porcentaje de pruebas que resulta positivo. Y, de esas personas que resultaron positivas cada semana, ¿Cuántas terminan contagiando? De allí el famoso número básico de reproducción o R0 del que quizás ya hayan escuchado un poco.

Entonces, a grandes rasgos, si un país está haciendo suficientes pruebas, poca gente sale positiva en pruebas y la cantidad de personas que se enferman por contacto con esos casos positivos, es alrededor o menor a 1; entonces quizás ese país va en vías de controlar la propagación del virus. Esos son los países en los que la curva se aplana.

Por eso, cuando los médicos que entendemos un poquito de esos números, vemos la Información de Venezuela nos quejamos mucho. Porque están incompletos: no sabemos a ciencia cierta dónde están esos casos, si son hombres, mujeres o niños, si son personal de salud o no. Si los que anuncian están sin síntomas, o levemente enfermos o graves. Si aún hay cupos en las Terapias Intensivas. Quisiéramos saber cuántas pruebas se están haciendo y cuántas de ellas son de PCR (las confiables, que detectan la enfermedad incluso en las etapas más tempranas) de las que se hacen, ¿Cuántas salen positivas? Todo con la intención de tomar mejores decisiones médicas que pueden salvar vidas.

Lamentablemente, en Venezuela no se publica el boletín epidemiológico semanal desde el 2016 ni el anuario de mortalidad desde 2014, por lo que tenemos años sin memoria y cuenta de un Ministro de Salud, sin ver la cobertura de vacunas, entre tantas otras cosas más y así es difícil esperar transparencia en las cifras, menos aún generar confianza en la forma que se están manejando las cosas. Es como no poder ver los juegos de béisbol, que no permitan la entrada del anotador y que al siguiente día no puedas ver el Box score, sino sólo el resultado y ni siquiera de todos los juegos. Pero siempre hay una manera, los datos están allí es cuestión de mirarlos y organizarlos; las organizaciones e individuos realizan conteos independientes, inferencias, estimaciones, proyecciones; la verdad siempre se mente por las grietas, como si un fanático que vio el juego anotara las estadísticas en un cuaderno y las publicara.

En esta pandemia de la COVID-19 hay quienes han hecho un esfuerzo enorme para contar lo que pasa, haciendo reportes de la situación en los hospitales, conteos de colegas enfermos o fallecidos, escudriñando los pocos datos que publican las autoridades. De entre esos esfuerzos, hay datos como los de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la Organización de Naciones Unidas, UN-OCHA por sus siglas en inglés, que periódicamente publican los datos que los países y territorios están obligados a brindar para seguir recibiendo su apoyo, a manera de rendir cuenta de lo que se ha hecho con el dinero de sus donantes. De acuerdo a su actualización sobre Venezuela del 22 mayo de 2020, había para la fecha 882 casos confirmados de COVID-19 con 10 muertes y se habían realizado en el país unas 16.577 pruebas diagnósticas tipo PCR. Anunciaban además que la capacidad del único laboratorio autorizado para hacerlas en el país era de unas 600 al día. El siguiente informe fue del pasado 02 de agosto, más de 70 días después; la situación que reporta es la siguiente: al 31/07 Venezuela tenía 17.859 casos confirmados de COVID-19 con 158 muertes, habiendo realizado hasta el 28/07 un total de 1.511.433 pruebas, de las cuales la organización estima que del 5 al 6% fueron pruebas PCR.

Un claro intento de ocultar los datos, pasan más de 2 meses sin reportar adecuadamente a Naciones Unidas y cuando lo hacen, no lo hacen con transparencia. Igual, un ejercicio matemático puede ayudarnos a entender las implicaciones de esas cifras: el 6% de 1.511.433 es 90.685 si a eso le restamos las 16.577 pruebas hechas hasta el 22/05, nos quedan para ese periodo de 68 días un total de 74.108 pruebas de PCR, o lo que es lo mismo, unas 1.090 pruebas diarias en promedio en poco más de 2 meses. Ahora, ¿Cómo se compara eso con el resto de la región? Bueno, allí es cuando se trata de utilizar números que pongan a todos los países en la misma liga, por así decirlo. Una manera de hacerlo, es no sacar la cuenta con números absolutos, sino compararla de acuerdo a cada 1.000 habitantes y así evitar que países como México, Canadá y Estados Unidos, se comparen de manera desproporcionada con países con poblaciones mucho menores como Uruguay, Costa Rica y Venezuela.

Veamos entonces, si Venezuela tiene una población de unos 27.000.000 de personas y hace en promedio en los últimos 2 meses 1.090 pruebas al día, eso equivale a unas 0.04 pruebas por cada 1.000 habitantes del país. El resto de los países de la región, según datos recopilados por la página web especialista en datos Our World in Data, hacen en promedio muchas más como se observa en la gráfica: USA 2.19, Chile 1.17, Canadá 1.04, Colombia 0.73, Panamá 0.73, Uruguay 0.61, Costa Rica 0.34, Cuba 0.31, Bolivia 0.24, Argentina 0.23, Paraguay 0.23, Perú 0.14, Ecuador 0.13, México 0.07, Venezuela 0.04

En definitiva, por más que traten de ocultar la verdad ésta siempre sale a flote. Los datos maquillados o escondidos, no engañan a quien los sabe interpretar. La información siempre está allí para el que la sabe buscar. Nosotros queremos hacerla llegar a los médicos para que tomen mejores decisiones clínicas, pero también a los ciudadanos, a los dirigentes y a los actores humanitarios que pueden ayudarnos a superar esta coyuntura.


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Alejandro Crespo Freytes

Pediatra - Puericultor

Comentarios

  1. Excelente trabajo e iniciativa Colega ya que necesitamos verdaderos números estadísticas todo con un método científico y ordenado para conocer el índice de desarrollo o subdesarrollo de un país y aque solo esto nos permite conocer nuestra realidad económica , y social algo que ignora la mayoría de la población y solo piensan que conociendo como amaneció el dolar estamos mas ricos o pobres ...!

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  2. Interesante análisis Dr! Es necesario compartir esta información, es urgente que la gente comprenda que el manejo de covid es mera estadística para el Estado y que la realidad es que somos y seguimos indefensos por: Tener desamparados al personal de salud que trabaja y se expone con las uñas; que este virus no es un juego y que la forma como manejan la situación es un absoluto disparate con 7 días si y 7 no de cuarentena. Debemos cuidarnos, tomarlo enserio y así cuidarlos a Uds como personal de salud.

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